9 de Enero de 2013. Los Mossos d’Esquadra han detenido a David B. L., de
42 años, acusado de haber matado a su pareja. La policía catalana halló el
cadáver de la mujer, de 43 años, el pasado 3 de diciembre.
La mujer
llevaba desaparecida desde mediados del mes de julio en extrañas
circunstancias, según explicó su madre a la policía catalana, sin embargo, no
denunció los hechos hasta el pasado mes de noviembre.
Guardemos un minuto de silencio
La
violencia, según Galtung, es como un iceberg, de modo que la parte visible es
mucho más pequeña que la que no se ve. Según este autor, existirían tres tipos
de violencia:
1.La violencia directa, la cual es visible,
se concreta con comportamientos y responde a actos de violencia.
2.La violencia estructural, (la peor de las
tres), que se centra en el conjunto de estructuras que no permiten la
satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar,
identidad o libertad) y se concreta, precisamente, en la negación de las
necesidades.
3.La violencia cultural, la cual crea un
marco legitimador de la violencia y se concreta en actitudes
Nos vamos a centrar hoy en la VIOLENCIA ESTRUCTURAL ya que no podemos quedarnos impasibles ante
los cambios que se están produciendo en nuestro país con la disculpa de la
crisis.
El término violencia
estructural sirve para conocer los mecanismos que el poder utiliza y que causan
procesos de deprivación de necesidades humanas básicas. La injusticia social, la pobreza o la desigualdad, no son fruto
únicamente de dinámicas producidas por las relaciones de tipo económico, sino
que también son a partir de la opresión política utilizando mecanismos tan
dispares como la discriminación institucional, la legislación excluyente de
ciertos colectivos o la política fiscal y de gasto público regresiva.
Solamente vamos a nombrar dos
aspectos de esta violencia estructural y que están de plena ACTUALIDAD:
1.- Las nuevas tasas judiciales, este nuevo impuesto no
afecta a los procesos penales, como los derivados de una denuncia por malos
tratos. Sin embargo, sí afecta a los civiles, como los procesos de separación o
divorcio con lo que una víctima de violencia de género deberá pagar por
separarse de su agresor entre 300 euros —si es de mutuo acuerdo— y 800 (en
apelación). Solo están exentas de esta tasa —al margen de aquellas que por
renta tengan derecho a la asistencia gratuita— las mujeres maltratadas con
hijos/as menores, y solo en los asuntos relacionados con la separación y las
peticiones de pensión por alimentos de los menores.
La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género
del Consejo General del Poder Judicial, Inmaculada Montalbán, afirmaba
que este nuevo impuesto —que también obligará a pagar por solicitar una
indemnización, por ejemplo, o por reclamar al agresor algún bien común—
supondrá una traba para la lucha contra la violencia de género. “Solo con oír hablar de
tasas las mujeres se pensarán dos veces iniciar un proceso judicial y muchas se
retirarán antes de acabarlo”, dijo.
“Denunciar ante la policía malos tratos no tiene coste, pero romper el
último lazo con el agresor recurriendo al divorcio y repartir los bienes del
matrimonio será ahora más caro, y por tanto un obstáculo para que las mujeres
víctimas de la violencia sigan adelante con los procesos judiciales”.
La Ley de Tasas Judiciales disminuye la
capacidad de las mujeres para resolver conflictos familiares. Es necesario
tener en cuenta que el 40% de los casos de mujeres asesinadas se producen al
comenzar los trámites de separación. Lo último que necesitan las mujeres
víctimas son más obstáculos y trabas que no hacen más que aumentar el riesgo de
que se produzcan fatales desenlaces.
2.- La educación. Parecía que estaba
claro que, para acabar con la violencia machista había que trabajar la
igualdad, y por ello se consideraba a la escuela como institución fundamental y
básica para abordar dicho objetivo. Pues
bien, ahora con la reforma educativa en marcha, vemos como este gobierno entiende eso de trabajar por y para la
igualdad, al permitir por ley, que existan centros que segregan por sexos y que
van a ser sostenidos con fondos públicos. Encuentro una razón básica para
regular semejante atrocidad y es QUE una educación diferenciada solo tiene
sentido si se considera que mujeres y hombres no estamos destinados para las
mismas funciones en esta vida y en esta SOCIEDAD. ¿Cómo se puede llegar a tomar
esta decisión? Creo que solo es posible porque no se quiere la igualdad, no se
acepta la igualdad, porque existe un concepto de las mujeres marcado por la
ideología sexista y patriarcal y además
se dejan asesorar o presionar por
colectivos u organizaciones que precisamente no se caracterizan por ser
ejemplos de lucha por la igualdad, mas bien todo lo contrario, y con ello me
estoy refiriendo a la iglesia católica en concreto, acostumbrada a ejercer, con éxito, presión
sobre el Estado. El
modelo de mujer que la jerarquía de la Iglesia católica actual quiere imponer
es el de un ser volcado en la maternidad por encima de todo y que sea dócil y
servil al varón aún a riesgo de su propia vida.
ESTO ES VIOLENCIA ESTRUCTURAL porque
la discriminación contra las
mujeres es practicada por el Estado a través del poder, de las normas y de su
respectiva aplicación y constituye, por tanto violencia, estructural e
institucional.
Por esto,
denunciamos que en la actual situación de crisis existe un retroceso en
los derechos, sustentado no sólo por cuestiones económicas, sino ideológicas
absolutamente inadmisibles que atentan contra la igualdad de las mujeres.
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